Las cajetas de Diriomo son tan dulces como el recuerdo de Pedro
Aráuz Palacios, quien nació en ese lugar el seis de septiembre
de mil novecientos cuarenta y nueve, hijo de Augusto Aráuz
Miranda y de Socorro Palacios López.
Es Comandante Revolucionario, usó varios seudónimos, uno para
cada acción, pero el más conocido fue Federico Lugo Valencia, y
en ocasiones Jorge Luis o Noel. Su trabajo se destacó en León con Juan José Quezada y Edgard
Munguía en 1969. Fue altamente conspirativo y cuidadoso, llegó
a ser el mejor cuadro organizativo de las regiones y miembro de
la DN-FSLN con Ricardo Morales Avilés y Oscar Turcios Chavarría.
El cuatro de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve desvió con Juan José Quezada un avión de La Nica hacia Cuba, el que llevaba como destino El Salvador y cuya azafata era Auxiliadora Serpas.
Estuvo en Al-Fatah con otros cuadros como Patricio Argüello Ryan, Juan José Quezada, en la década de los setenta cuando organizaba en lo político-militar a Occidente, mis ojos y mi conciencia se agigantaron ante su presencia.
Yo vivía en casa de Nelita Aguilar, esquina opuesta a la Facultad de Odontología de la UNAN-León, era una noche de 1972 el primer semestre de ese año, cuando recibí a "Feliciano" con un cariñoso saludo y la consigna de "hola profesor", él llevaba una cámara fotográfica al cuello y vestía una camisa rosa-lila.
Con una puerta abierta y otra cerrada, en aquella casa esquinera de adobe o taquezal, de color celeste bajo, comenzó el desfile de hombres y mujeres valiosos: Cmdte. Carlos y René Núñez Téllez, Oscar Turcios Chavarría, Luis Colindres, Marlen Chow y otros compañeros. De pronto comenzó la reunión con el sigilo clandestino de una calle que estaba en el corazón de León, unos en la sala, otros en el comedor ante un estrecho jardín del pasillo.
La dueña de la casa dormía temprano cerrando su habitación a las siete de la noche para oír sus novelas radiales famosas. Era una viejecita muy educada. Serví el café caliente y sólo se escuchaba el murmullo del silencio entre palabras tácticas y estratégicas. Se cumplió el objetivo hasta la madrugada y el desfile se repitió. De uno en uno salieron todos a su punto indicado. Un carro esperaba por "Feliciano" en la esquina de Odontología, eran las dos o las tres de la madrugada. Eché un vistazo y con cierto nerviosismo lo vi salir dejando en aquella casa su silueta imborrable.
Un 17 de octubre de 1977 cae en la carretera Tipitapa-Masaya y a partir de su muerte se desencadenó una persecusión fuerte cayendo varios cuadros como Marta Angélica Quezada y Carlos Arroyo quien era el compañero de Merceditas Borge, el lugar de los hechos fue por el Cine Cabrera y la Colonia Tenderí respectivamente.
Se llamaba Pedro y sigue siendo Pedro porque con la tenacidad de una roca, con él se formó nuestra iglesia con miles y miles de fieles seguidores y creyentes de su palabra y ejemplo.
Por María Haydée Sequeira Rodríguez—Managua, 1999
El cuatro de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve desvió con Juan José Quezada un avión de La Nica hacia Cuba, el que llevaba como destino El Salvador y cuya azafata era Auxiliadora Serpas.
Estuvo en Al-Fatah con otros cuadros como Patricio Argüello Ryan, Juan José Quezada, en la década de los setenta cuando organizaba en lo político-militar a Occidente, mis ojos y mi conciencia se agigantaron ante su presencia.
Yo vivía en casa de Nelita Aguilar, esquina opuesta a la Facultad de Odontología de la UNAN-León, era una noche de 1972 el primer semestre de ese año, cuando recibí a "Feliciano" con un cariñoso saludo y la consigna de "hola profesor", él llevaba una cámara fotográfica al cuello y vestía una camisa rosa-lila.
Con una puerta abierta y otra cerrada, en aquella casa esquinera de adobe o taquezal, de color celeste bajo, comenzó el desfile de hombres y mujeres valiosos: Cmdte. Carlos y René Núñez Téllez, Oscar Turcios Chavarría, Luis Colindres, Marlen Chow y otros compañeros. De pronto comenzó la reunión con el sigilo clandestino de una calle que estaba en el corazón de León, unos en la sala, otros en el comedor ante un estrecho jardín del pasillo.
La dueña de la casa dormía temprano cerrando su habitación a las siete de la noche para oír sus novelas radiales famosas. Era una viejecita muy educada. Serví el café caliente y sólo se escuchaba el murmullo del silencio entre palabras tácticas y estratégicas. Se cumplió el objetivo hasta la madrugada y el desfile se repitió. De uno en uno salieron todos a su punto indicado. Un carro esperaba por "Feliciano" en la esquina de Odontología, eran las dos o las tres de la madrugada. Eché un vistazo y con cierto nerviosismo lo vi salir dejando en aquella casa su silueta imborrable.
Un 17 de octubre de 1977 cae en la carretera Tipitapa-Masaya y a partir de su muerte se desencadenó una persecusión fuerte cayendo varios cuadros como Marta Angélica Quezada y Carlos Arroyo quien era el compañero de Merceditas Borge, el lugar de los hechos fue por el Cine Cabrera y la Colonia Tenderí respectivamente.
Se llamaba Pedro y sigue siendo Pedro porque con la tenacidad de una roca, con él se formó nuestra iglesia con miles y miles de fieles seguidores y creyentes de su palabra y ejemplo.
Por María Haydée Sequeira Rodríguez—Managua, 1999
